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La seguridad y salud en el trabajo deben garantizarse para todas las personas trabajadoras, pero ¿se tienen en cuenta las diferencias de género a la hora de diseñar medidas preventivas? El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha destacado la importancia de integrar la perspectiva de género en la prevención de riesgos laborales para asegurar entornos más seguros y saludables tanto para mujeres como para hombres.

Riesgos laborales con impacto diferenciado

El diseño de los puestos de trabajo, las herramientas, los equipos de protección y los protocolos de seguridad han sido históricamente desarrollados basándose en características masculinas, dejando fuera las necesidades específicas de las mujeres. Esto genera desigualdades en la protección frente a los riesgos laborales, incrementando su exposición a lesiones y enfermedades profesionales.

Algunos ejemplos de cómo los riesgos laborales afectan de manera diferenciada según el género incluyen:

• Equipos de protección individual (EPI): Muchos EPIs están diseñados con tallas y formatos que no se ajustan correctamente a la anatomía femenina, lo que puede comprometer su eficacia.
• Carga física y ergonomía: Las tareas que requieren esfuerzo físico suelen asignarse sin considerar las diferencias en la fuerza o la resistencia, aumentando el riesgo de lesiones musculoesqueléticas en las mujeres.
• Riesgos psicosociales: Factores como la doble carga laboral (trabajo y responsabilidades domésticas) y la segregación ocupacional pueden generar niveles más altos de estrés y fatiga en las mujeres.

Medidas clave para una prevención más inclusiva

Para corregir estas desigualdades y garantizar la seguridad en el trabajo de manera equitativa, es imprescindible adoptar una estrategia preventiva con perspectiva de género. Algunas acciones necesarias incluyen:

• Evaluaciones de riesgos adaptadas, que analicen cómo afectan los peligros laborales a hombres y mujeres de manera diferenciada.
• Diseño de EPIs adecuados, considerando la diversidad de tallas y características corporales.
• Medidas ergonómicas inclusivas, ajustando la organización del trabajo para minimizar la sobrecarga física en función de las capacidades individuales.
• Políticas de conciliación, que permitan equilibrar las responsabilidades laborales y personales sin afectar la salud mental y física de las personas trabajadoras.
• Formación en igualdad y prevención de riesgos, sensibilizando a las empresas sobre la importancia de integrar la perspectiva de género en la seguridad laboral.

Hacia un futuro más seguro para todas las personas trabajadoras

Incorporar la perspectiva de género en la prevención de riesgos laborales no es solo una cuestión de equidad, sino una necesidad urgente para mejorar la salud y seguridad en el entorno de trabajo. La identificación y corrección de desigualdades contribuirá a reducir la siniestralidad y a crear espacios laborales más seguros para todas las personas.

En Europreven, apostamos por una prevención de riesgos que proteja a todas las personas trabajadoras de manera equitativa. La seguridad y salud laboral debe adaptarse a la realidad de cada profesional, garantizando un bienestar laboral sin distinciones de género.